Hay muchas empresas especializadas en trasladar paquetes por todo el país, aunque la administración de Universitario de Deportes no se dedique a este rubro, sí ha logrado traer algunos de los paquetes más insólitos que han pisado las canchas del fútbol peruano. Hoy recordaremos a 5 de los delanteros más insufribles que vistieron la camiseta merengue.
La primera estafa se llama Darío Gigena, quien con 32 años llegaría a la U en 2010 para ser la principal arma ofensiva. El ‘topo’, como le apodaban, ya había pasado por 17 equipos en sus 14 años de carrera: en ninguno había logrado afianzarse. Y Universitario no sería la excepción, pues entre julio y diciembre de aquel año, el ‘9’ argentino disputaría 15 partidos (4 de titular) y anotaría solo 1 gol. Se iría al finalizar la temporada.
Ese mismo año y no contentos con el primer paquete, la administración crema sorprendería con la contratación del uruguayo Víctor Píriz Alves. Un delantero que llegaba, según se decía, de ser goleador en México. Cuando la verdad era que, en sus 9 años como profesional, solo una vez había logrado marcar más de 10 goles: números paupérrimos. Sin embargo, un chispazo le acompañaría en su debut, ya que anotaría frente a Inti Gas en la derrota de la U por 2 a 1. Luego de partidos terribles y constantes, sumaría 28 apariciones (19 de titular) y solo 6 goles (3 de penal). Para suerte de todos, al año siguiente se iría a Defensa y Justicia de la Nacional B argentina, donde encontró su lugar en el mundo.
Con este antecedente, parecería que luego de un campeonato se volvió costumbre hacer fichajes muy malos. Esta vez recordemos a Cris Martínez, un paraguayo que venía sonando fuerte por sus goles en la segunda división de Chile y sería otra completa decepción para Universitario allá por 2014: 30 partidos, entre Libertadores y torneo local, y solo 4 goles.
Un fiasco que, felizmente, solo fue préstamo y al año siguiente tuvo que regresar al San Luis de Quillota. No obstante, este delantero no es tan mal recordado, puesto que siempre dejó la piel en la cancha y tuvo un intercambio de palabras con Guisasola en un clásico, donde siempre dejó en claro lo que era vestir la camiseta crema.
Al año siguiente, la administración merengue nos sorprendería con otro gran ‘paquete’ en la delantera. Su nombre: Liber Quiñones. 15 partidos y 2 goles, dejaría en tienda merengue. Lo único bueno por lo que se le recuerda es que uno de los dos tantos que convirtió fue a los 8 segundos de iniciado el encuentro. Marca que lo situó como el gol más rápido del, ya extinto, Torneo del Inca.
Por último, existe un delantero que, a diferencia de los mencionados, nunca nos hizo sufrir por sus goles errados porque no jugó ni un minuto con la camiseta de Universitario. Es más, muchos ni siquiera sabíamos que había firmado un contrato con el club.
Walter Fretes se parece al paquete que pides a tu casa, nunca llega y jamás recibes tu reembolso. Este paraguayo jugó por la San Martín entre 2010 y 2011, siendo este último año voceado para reforzar la U, pero jamás se hizo oficial su llegada al club y nadie lo tomó en cuenta.
Y fue así hasta que el mismo Fretes dio una entrevista en diciembre de 2011, donde mencionaba que él ya había firmado con los merengues, con Julio Pacheco a la cabeza, y estos le debían 6 meses de sueldo.
Dos meses después saldría el propio Pacheco a confirmar estas declaraciones y hacer oficial el traspaso.
Finalmente, el paraguayo nunca debutó en Universitario, pero la deuda del club por esos meses donde no cobró ni un céntimo, se incrementó con el pasar de los años, llegando a ser en 2020 de casi 400 mil dólares.
Un negocio redondo para el delantero y otra de las ‘grandes’ negociaciones a las que la administración nos tiene acostumbrados.
Idas y venidas de transacciones con sabor a estafa que solo supieron hacer renegar al hincha, defraudar las expectativas del club y sumar y sumar deudas en esa millonaria cuenta que hoy nos hace pelear con más de una organización. Sin embargo, aquí está el pueblo crema, dando todo de sí para superar este mal rato, así como supo hacer la U para darnos más de una alegría en nuestros peores momentos. Y hoy, más que nunca, se viene la hincada merengue, ¿quién la va a parar?
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