A punta de esfuerzo más que de estrategia, el equipo ha mostrado sus primeras luces esta semana, sin embargo la mayoría de hinchas cremas piden al unísono la salida del director técnico. Pero, ¿él es el problema?
Ha terminado el partido en el Monumental contra Defensa y Justicia, los hinchas ven el empate como otra victoria que se fue mientras que Ángel Comizzo se escuda ante la prensa recitando los laureles de los equipos rivales.
Algo no cuadra. En la Copa Libertadores Universitario tiene un punto de doce. ¿Desde cuándo festejamos un empate? ¿Desde hace cuánto que disfrazamos de triunfos a la mediocridad?
Después de derrotas abultadas, cualquier chispazo nos causa ilusión. Sin embargo, el planteamiento de Ángel Comizzo parece repetirse una y otra vez, mientras que el hincha lo sigue renegando.
Hinchas que desde hace ocho años vienen postergando el grito de campeón. Que desde hace diez no ven a la ‘U’ superar la fase de grupos en la Libertadores. Y que, probablemente, desde que empezaron a seguir al Club, han sentido la desazón de ver pasar administraciones temporales con más pena que glorias.
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Es miércoles 05 de mayo, Universitario acaba de caer goleado ante Independiente del Valle en Quito. Ángel Comizzo está molesto. Ahora, tras el pitazo del árbitro, espera su turno para hablar con la prensa. Se toma el rostro, mira para todos lados, se arregla el cabello. Está nervioso. Inicia la conferencia y le toca hacer frente a preguntas incómodas y críticas de todo tipo. El equipo no muestra una evolución favorable, hay rendimientos muy bajos: Alfageme, Corzo, Gutiérrez, Guarderas y Valverde, por citar algunos ejemplos, han sido los más reprochados.
De pronto, algo lo desordena: “¿Con el resultado obtenido ha pensado en renunciar a la dirección técnica?”, le preguntan. “Quédate tranquilo, no voy a renunciar”, responde el argentino.
Cinco días antes de la derrota en Ecuador y de esa incómoda pregunta, decenas de barristas entraron a Campomar U y, a su manera, le pidieron su renuncia. El incidente, en el que la seguridad del Club -otra vez- brilló por su ausencia, se dio días después de la goleada en Argentina contra Defensa y Justicia.
El equipo gaucho generó 29 ocasiones de gol y venció la portería de Carvallo en tres oportunidades. Al otro extremo, Ezequiel Unsain fue un espectador de lujo. Su arco no se vio en peligro una sola vez en todo el partido.
Las estadísticas no mienten: ningún remate a puerta de la U en noventa minutos.
Pero, más allá del resultado, el hincha no perdona la falta actitud. Los hinchas, claro, porque para Ángel David, el partido no se debió perder, es más, el resultado le pareció injusto.
Si bien la visita a Campomar no cumplió su propósito, sí repercutió en las futuras convocatorias.
Para el partido contra Alianza Atlético, por ejemplo, el ‘Indio’ dejó fuera de la lista de concentrados a Valverde y Guarderas. Ambos venían mostrando rendimientos muy bajos. El primero no fue considerado en las siguientes cinco fechas, mientras que el segundo entró a la nómina para el siguiente partido. La victoria frente a los ‘churres’ llenó de confianza al grupo – por lo menos – en la Liga 1. De ahí en adelante, el equipo ganó los siguientes partidos del campeonato local. Tres a dos frente a Cienciano, con gol en los descuentos de Quintero. Uno a cero versus UTC. Dos victorias en menos de dos días hicieron que Universitario se meta en la pelea por la Fase 1.
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La tormenta es un fenómeno meteorológico que perturba violentamente la atmósfera y que, en ocasiones, genera lluvias de gran intensidad. Se supone que después que termina, viene un periodo de calma. No es tan cierto. Desde hace veinte años, Universitario vive asediado por una serie de cruentas tormentas, una más fuerte que la otra: Administraciones temporales con gestiones nefastas, amenazas de liquidación, salarios impagos, despidos arbitrarios y una deuda que crece año a año.
Los problemas que arrastra el Club son producto de un constante choque de intereses. Y la parte deportiva es la más perjudicada.
Comizzo no es el problema, pero sí un síntoma. Una señal de que algo anda mal en la interna. Un indicio de los manejos irresponsables que se gestan en las oficinas de Ate. Allí están quienes manchan su historia y grandeza con actitudes poco profesionales y quienes buscan liquidar sus activos. Pero, del otro bando, se encuentran quienes hacen lo posible por salvarlo, por impedir que la camiseta se siga manchando.
Rainer Torres, Carlos Galván, Miguel Torres y Carlos Orejuela, en su momento lideraron al equipo en sus tardes más gloriosas. Hoy lo hacen desde afuera. Conscientes de que nos estamos jugando el partido más importante de nuestra historia, decidieron volver a ponerse la camiseta. Una negra con dorado, que lleva el nombre de Embajadur Crema. El objetivo es claro: salvar al club de la mano de sus hinchas. Pero el camino es difícil y necesitamos de tu ayuda.
¿Quieres ser parte del partido más importante de la ‘U’?
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“La ‘U’ es mucho más que un club de fútbol es un mito, una leyenda, una tradición, una de las más hermosas historias que ha escrito el deporte peruano”.
Mario Vargas Llosa.