Ser entrenador de menores en el Perú es luchar contra los problemas económicos, la mala infraestructura y un sinfín de deficiencias que hacen del tan ansiado “proceso” una promesa sin cumplir.
Los primeros en ser señalados como culpables siempre son los entrenadores. A pesar de todo, la pasión por sembrar el fútbol entre los más chicos no se amilana. Ese es el caso de Walter La Rosa, formador de menores que, desde los 25 años, supo a lo que quería dedicarse: desarrollar a jóvenes futbolistas que sean el futuro del balompié nacional.
Hoy, con 64 años y grandes deportistas nacionales que estuvieron bajo su dirección, puede decir que ha cumplido su meta.

En sus casi 40 años de carrera, ha dirigido en menores de Universitario a mundialistas como Raúl Ruidíaz, Andy Polo y Edison Flores, además de futbolistas que actualmente disputan la Liga 1, como Yorkman Tello, Manuel Calderón (campeón con Universitario el 2009), y Christofer Gonzáles (campeón 2013).
El profesor La Rosa llegó a Universitario en el 2007, tras participar continuamente en la famosa “Copa Crema” con su academia y dejar una buena imagen.
“Los chicos siempre se mostraban ordenados, y eso vio la gente del club. Un día me invitaron a ser parte de las divisiones menores. Dirigí en U de América y Virgen de Chapi (ex filiales de la U) y me quedé en menores hasta el 2017”, cuenta a Embajadur Crema.
Junto a Manuel Calderón (campeón nacional 2009). La Rosa conoce al ‘Chino’ desde menores, cuando disputó el Mundial Sub 17 de Corea del Sur. Junto a Yorkman Tello (Cusco FC), a quien dirigió en U de América, ex filial de Universitario. En menores, tuvo a Carlos Uribe (campeón Libertadores sub 20 2011) y a Christofer Gonzáles (campeón nacional 2013), de quien guarda muy gratos recuerdos. Walter ha dirigido a los hermanos Ruidíaz: a Yamir en menores de Universitario, y a Raúl en América Cochahuayco, ex filial del club.
La Rosa recuerda que llegar a Universitario fue un logro personal. “Yo vi a Universitario cuando era joven y me encantó su juego. Sin embargo, ya tenía 16 y me di cuenta que lo mío no era ser futbolista, pero sí quería estar ligado al fútbol”.
En menores, trabajó con algunos futbolistas que ahora son parte del primer equipo: Armando Alfageme, Brayan Velarde, José Zevallos, Aamet Calderón, Diego Romero y Luis Valverde son algunos de ellos.
A pesar del paso del tiempo, la gratitud sigue vigente. “A veces hablamos, y siempre les digo que aspiren a más, que crean en sí mismos, que no paren hasta llegar a la selección y luego emigrar, pero siempre con humildad de por medio”.
Antes de salir de Universitario el 2010, Armando Alfageme fue dirigido en menores por el profesor La Rosa. Brayan Velarde es otro de los actuales jugadores del club que fue dirigido por La Rosa. En la foto, también aparece Fabián Caytuiro, ex guardameta del club. Ambos canteranos obtuvieron la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud Nankín 2014.
Todo va de la mano
Para La Rosa, la educación y el fútbol no pueden ir por separado. “El fútbol en menores es una pirámide: empiezan 50 y terminan 3 o 4. La educación es importante para que el jugador sepa acatar las indicaciones del técnico y para que a futuro nadie lo engañe ni lo considere manejable”.
La educación no solo es para los futbolistas, sino también para los entrenadores. “Hay algo que aún está mal. Los que dirigen menores no solo deben ser entrenadores, sino formadores. Deben ser el ejemplo, estar antes de que lleguen los futbolistas. No se debe primar los resultados de los partidos, sino la obtención de jugadores que serán útiles a futuro”.
Además, no ocultó el poco reconocimiento de brindan los club a los formadores peruanos. “Mucho ‘pesetean’ (menosprecian económicamente) a los técnicos de menores. Muchas veces llega un extranjero a asumir una jefatura de menores, y ahí si piensan que será un proyecto serio, pero no invierten en buscar talentos del interior. Eso solo pasa aquí”, señala.
Un problema que afecta a todo
Como muchos ex trabajadores de Universitario, Walter La Rosa también salió del club con una gran deuda que parecía nunca sería cancelada. Pese a esto, nunca fue impedimento para entregarse plenamente a su trabajo mientras estuvo en el club.
“Había meses que pasábamos sin cobrar, y eso nos obligaba a estar en otros trabajos. Sin embargo, se hizo una familia entre los profesores y los empleados del club. No se cobraba, pero se gozaba porque los chicos nos hacían olvidar lo malo con los triunfos y campeonatos”.
Los problemas no solo afectaban a los técnicos, sino al proceso que planteaba cada uno. “Los cambios de administración perjudican la exportación de futbolistas. No se puede trabajar si una administración entra y trae su gente, luego sale y llega otra que también trae a los suyos y deshace lo que ya se había formado”.

Embajadur y el cambio en su vida
Cuando salió del club, pensó que jamás vería un sol de la deuda que tenían con él. Sin embargo, le comentaron acerca de un proyecto de ex futbolistas que buscaba sanear las deudas del club a cambio de obtener acreencias. Y un día, recibió la llamada que esperaba.
“Embajadur es un proyecto formado por jugadores de corazón, yo lo llamo así. Las cabezas del proyecto, junto a los hinchas, están logrando lo impensado. La gente cree mucho en Embajadur, y tiene para muchas cosas más, porque hay gente capaz y con valores. Sé que se va a lograr llegar al centenario soñado, con ninguna deuda”.
Y dejó un mensaje a los hinchas. “Agradecerle a cada hincha y aportante, porque sin ellos esto no sería posible. Sigan alentando desde su casa al club más grande del Perú”.
Así como el profesor La Rosa, muchos extrabajadores del club han podido cobrar el dinero que durante años creyeron perdido. Embajadur lo viene haciendo posible, pero aún hay mucho camino por recorrer.
¡Súmate a Embajadur Crema y logremos juntos un centenario soñado!